Detalle del maletero 02-06-2015. Por N. del Río |
Detalle del maletero 02-06-2015. Por N. del Río |
Detalle del maletero 02-06-2015. Por N. del Río |
Detalle del lado derecho 21-08-2015. Por N. del Río |
Detalle del lado izquierdo 21-08-2015. Por N. del Río |
Detalle del maletero. 21-08-2015. N. del Río |
La superficie pintada del Rolls-Royce se extendía del mismo modo que se
propaga el bosque en la tierra, o el agua se desborda inundando la extensión
que tiene delante, de una manera espontánea e instintiva, aprovechando
desniveles y superando pendientes. Así es como había concebido el proyecto Tim
Cairns. Un proyecto cuya idea inicial había surgido del deseo de Frederic
Tichtinsky, el dueño de este Rolls-Royce Silver Shadow de 1980, de que Cairns
lo pintara.
En el invierno del 2014, el mítico automóvil llegaba a Ibiza procedente de
París. Cairns partía de la idea fundamental de que fuera un proceso intuitivo,
las imágenes surgirían sin a priori, con el esquema básico de que el lado del corazón, sería más luminoso; y el derecho, en contraste, más
oscuro. A partir de esta dicotomía inicial, ningún prejuicio que limitara la
expresión directa del artista con su inconsciente: Automatismo.
Para que esta nueva carcasa surgiera, fue preciso eliminar las diecisiete
capas de pintura del color original del Rolls-Royce, quitar todos los lacados y volver a pintar con una imprimación que admitiera los colores con los que
se iba a dibujar, puntualmente preparar la zona a pintar con una ligera lijada.
Su proyecto se ha revelado como un planteamiento casi celular, una entidad
biológica que mediante pequeños grafismos: rayas, punteados, figuras
geométricas... pero también formas sinuosas y biomórficas: celdillas, espirales
y gotas, cubre la totalidad del vehículo, concatena imágenes en tres colores:
plata, oro y blanco, donde cobra corporeidad tanto formas subconscientes como
formas cognoscibles. Para el espectador el resultado general es cautivador. Nos
ofrece una visión global, pero inmediatamente te invita a descubrir, a
desenmarañar, formas conocidas escondidas en la
retícula celular, una seducción inevitable. La belleza del conjunto
invita en su contemplación, a jugar con las formas y las sugerencias.
Empezó a pintar a finales de mayo del 2015, Cairns creaba imágenes que
habían fluido durante días:
El 2 de junio, día que conocí la actividad, había dibujado sobre el
maletero una rana, un homenaje y un guiño de complicidad con la casa que
cobijaba la creación; una mano, y un desnudo femenino. El 12 de junio, la mano
parecía haber desaparecido engullida por cientos de trazos dorados, plateados y
albos, la rana se derramaba en gotas, a la vez que se extendía con unos largos
tentáculos y la mujer desnuda proyectaba su sensualidad en una áurea desplegada
a través de retículas, líneas, puntos... El subconsciente se desvelaba gozoso.
El 29 de junio, en la parte trasera del coche descubrí el perfil de un maya
decorado con largas y elegantes plumas que se escapan de la ley de la gravedad.
Y una estrella surgía de un ligero despunte. El 6 de julio, habían desarrollado
zonas densas de decoración salpicadas por pequeñas figuras geométricas
regulares y huecas, como agujeros negros, contrastado por este organismo vivo y
expansivo. En el lado del conductor se revelaban un robusto caballo, otro
perfil maya y una abubilla abatía sus alas y en su vuelo se extendía en
luminoso dorado, este ave migratoria símbolo del viaje y la aventura.
El 23 de julio, sobre la rueda trasera se derramaban unas estilizadas
amebas que daban paso a un mar plagado de medusas. Los famosos Tweedledum y Tweedledee
de John Tenniel, surgían sobre un esbozado ying-yang, los gemelos de Alicia a
través del espejo, volvían a encarnar la disputa, lo contrario. Homenaje a los
peones del ajedrez de su madre. Sobre el capó del coche Cairns fusiona los dos
cuerpos de unos jóvenes amantes. El 31 de agosto dio por concluido su laborioso trabajo. Pero el proceso terminaría en el taller mecánico con la aplicación de un barniz para estabilizar los pigmentos y darle consistencia y también quedaba el regreso a París, pero esa es otra historia.
Para contactar con Cairns:
tcairns@live.fr
Para contactar con Cairns:
tcairns@live.fr
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