Antes del Misterio. Las pinturas de los años 60-70 de Rafael Tur Costa expuestas hasta primavera en el Estudi Tur Costa, Jesús.
El Estudi Tur Costa nació aún en vida de Rafael Tur Costa, aunque su giro profesional se gestó en aquel fatídico año en que Rafael nos dejó 2020. Fue al año siguiente que el espacio comenzó con un calendario anual con exposiciones de artistas de vanguardia balear.
De hecho este sábado 14 de diciembre, de 11 a 13:30 se nos invita a la inauguración y al brindis de la exposición colectiva de invierno: Joan Cortes, Willie Márquez y Aline de Laforcade que tendrá lugar en "Es Taller"; en la "Sala Principal"del Estudi se mantiene una revisión de la obra de Rafael Tur Costa de los años 60 y 70 comisariada por Helena López Pezzi, directora artística del espacio. Magnífica ocasión para disfrutar del temprano Tur Costa. Esta selección es una propuesta valiente porque quizá es la época menos conocida del artista, pionero ibicenco de la abstracción pictórica, pero que coloca a Tur Costa en la vanguardia española, y de camino a la pintura ibicenca en los manuales de arte contemporáneo español. Ambas muestras se mantendrán hasta la primavera.
Su obra más conocida y admirada es su última etapa, aquella caracterizada por la dualidad distintiva del universo creativo de Tur Costa, y que en el catálogo de 2007 se englobaba como "Misterio": "El misterio entonces, suspendido entre el tendido de blanco y la mancha de color, que reclama su lugar entre los márgenes de la herida, como una presencia insistente”. Fabregat, autor del citado texto, cita humildemente que voces más autorizadas han contribuido a delimitar los contornos de este juego de contrastes, se refería a Areán, Arnán, Cirici, Corominas, Rodríguez-Branchard, Giralt Miracle, Marí, Valero, etc... la nómina bibliográfica de Tur Costa recoge a las voces más señeras de la historiografía del arte contemporáneo.
Mientras que para los artistas españoles de los años 50, el contacto con lo que estaba sucediendo tras los Pirineos, no podemos olvidar que estamos en plena dictadura franquista, pasaba por los viajes al extranjero para Rafael Tur Costa pasaba por el contacto con su esposa y sus amigos, se casó con la ceramista y pedagoga alemana Anneliese Witt y sus amigos fueron los alemanes afincados en Ibiza, Bechtold, Broner, Laabs... el mítico grupo Ibiza 59, más tarde aparecieron Micus, Herreyns o los galeristas Carl van der Voort e Ivan Spence. Podríamos decir que Tur Costa vivía en la vanguardia y en ello se expresaba, tamizado por el peso auténtico de la tradición ibicenca, porque entre muchas otras cosas Rafael era ibicenco. Ambas realidades se fusionaban en su trabajo de manera magistral.
Es relevante señalar la presencia de su trabajo en la Galería de Juana Mordó, la colectiva del grupo internacional Ibiza 65, o las individuales en la Galería catalana Réne Metras, ambas entidades fueron fundamentales para el desarrollo y la expresion de la vanguardia en un territorio poco abonado para ello, el franquismo. Dentro de esta dimensión hemos de comprender el trabajo de Tur Costa.
Otro ibicenco fundamental en la historia del arte español contemporáneo, como es Antoni Marí, explicó en el catálogo de 1992 de la exposición de Sala de Sa Nostra: "Debajo de este blanco emergen ligerísimas presencias, rastros de color, o de materia obscura, que parecen emerger para hacerse un lugar entre la luz; es un magma sutil, una primera materia, un movimiento tumultuoso, expresivo y caótico, que intenta llevar a la precisión del blanco, realizarse y confundirse en el todo... el imposible afán de la luz por abarcarlo y reducirlo todo a la pura esencia...", concluye Marí- "no busquéis semejanzas con las cosas del mundo, ni con los acontecimientos de los hombres".
Antes de las fisuras, de los desgarros, de las roturas, antes del espacio abierto al misterio que tan bien definió su última etapa creativa, hubo un Tur Costa pleno que se expone es esta muestra. Dejémonos sorprender y cautivar por estas etapas poco conocidas donde el color plata irrumpe con una potencia arrolladora y donde los grafismos, expresivos y coloristas, se extienden planteando una caligrafía, ancestral y a la vez actual, ibicenco e internacional como sólo Tur Costa podía expresarse.
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