Fotografias por N. del Río 50x50 cm. |
1.60x1.60 cm. |
70x90 cm. |
45x45 cm. |
El
próximo domingo 16 de diciembre de 12 a 16 horas, se inaugurará una exposición colectiva con la
que el Espacio Micus celebrará las fiestas navideñas, en ella mantiene parte de
la actual exposición, las obras de Peter Weber (Kollmaren, 1944), una
prolongación de fechas para disfrutar de la obra de este artista alemán. No es
la primera vez que podemos ver su obra en la isla... Hubo en 2006 una
exposición, esta vez individual, también en el Espacio Micus. Su trabajo entre
otros lugares expositivos se puede ver en el Museo Helms de Hamburgo, el Museo
Landes en Linz y Redktive Kunst en Swiadow.
Las
obras de Peter Weber destacan indudablemente por su técnica. No queda
indiferente el espectador que se pregunta cómo ha hecho esos pliegues en una
sola pieza de material y sin cortes ni costuras o pegamento. "Los ojos
presencian algo que la mente no es capaz de comprender. Esta aporía, la
consciente discrepancia entre la percepción visual y el proceso mental, es un
brillante desarrollo de las ideas del Op Art" explicaba el crítico Tobias Hoffmann en 2003 sobre
Weber. No podemos ignorar que fue alumno de Max H. Mahlmann, artista geométrico
constructivista, en la Fachhochschule
en Hamburgo.
Es
desde los 90's, que Weber exclusivamente desarrolla los pliegues y los surcos en materiales como el fieltro, HDPE o el metal que le permiten conjugar un cosmos de
características y texturas muy amplias a través de estos diseños rítmicos que
juegan con la psicología de la percepción.
Las
superficies plegadas, geométricas, matemáticas podrían extenderse hasta el
infinito, pero no es así, tienen un límite, una frontera que te lleva al mundo
real, que renuncia a la utopía perfecta de su obra, como el final de una jam
session te deja con la sensación de entrar en un agujero negro. Como una
melodía, Weber es un músico de reconocido prestigio en los círculos
jazzísticos, su obra te guía y te transporta ilusoriamente a otra realidad.
Este
espacio ideal, sin cortes, sin costuras, sin cicatrices, utópico como aquellas
plantas regulares de ciudades ideales, se enfrentan al mundo desde su
particular textura: papel, fieltro, metal…, su específico color, su tamaño
concreto… Hacen muy presente el tiempo, aquella aspiración imposible de la
pintura que tuvo sus primeros alegatos formales en el Cubismo… El interrumpir
su ejecución, al no plegar toda la superficie, en su serie Fragmentos, te hace
consciente de la acción, de lo hecho y de lo inacabado; en sus series de HDPE, en
la cual, la trama cada vez más elaborada, con sus plegados hundidos o
sobresalientes y la vuelta atrás en el desarrollo de sus pliegues crea un movimiento,
juega con un espectador que avanza o retrocede hipnotizado por el diseño
planteado y su progresión o regresión. Se adueña del tiempo.
Plegar
el espacio y distorsionar el tiempo es lo que hace Peter Weber... Su obra absorbe
al espectador como un agujero negro curva el espacio y el tiempo.
Nuria del
Río Pinto, Suficiencia investigadora en Historia del Arte. Crítica y
comisaria
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