La Sra.
Singer había abandonado la tierra que la vió nacer en un arrebato:
decidió perseguir un sueño de la infancia, no decirle más adiós a
la isla. Arrastró en su arrebato a su familia: hijo, marido, y más
tarde, sus padres y algún tío lejano. Y en la isla se dió cuenta
que la pintura no podía llegar a expresar la luz que le había hecho
volver definitivamente, aquella luz de su infancia, la luz que hacía
temblar a los pinos y la luz que disipaba las nubes sobre un fondo
azul. Así que una noche después de un sobresalto decidió dejar la
pintura. Se soñó haciendo fotos. Otro sueño tras el que ir, u otro
arrebato.
La Sra.
Singer no era fiel a las cosas materiales, era fiel a sus sueños y a
las personas que amaba. Era apasionadamente honesta, esto le venía
de un abuelo italiano que emigró al norte, la pasión me refiero;
la honestidad le llegaba por la otra parte europea de sus ancestros.
De Italia heredó el amor por el Mediterráneo, y la necesidad de
dejarse llevar por los arrebatos, esa capacidad de dejarse seducir
por su propia pasión. Se enfadaba pasionalmente, se enfadaba por la
mala educación, por la injusticia, por la maldad, sobre todo por la
hipocresia, no la soportaba de ningún modo, especialmente
la hipocresia del mundo artístico... así que aunque en su vida el
arte era fundamental, no lo propagaba ni lo prostituía. Creía en
los golpes de suerte y en los arrebatos. Así fue cómo conoció a su
galerista y así fue como entró en el mundo de las bellas artes. Así
fue como arrumbó los pinceles, los barnices, amontonó los lienzos
diciéndoles adiós, como había hecho con su anteriores propiedades.
Sin nostalgias, ni apego.
La Sra.
Singer se indignaba profundamente por lo que la mayoría de la gente
consideraba como algo normal porque la Sra. Singer demostraba que la
frecuencia no hacía más digno un mal gesto: comer las ruidosas
palomitas de maíz en el cine, no dejar en el autobús el asiento al
anciano, tirar las colillas en la arena de la playa... En cierta
manera te despertaba al niño inocente y digno que todos tenemos
dentro.
Pienso que
más que lealtad la palabra que la describía era su equivalente
inglés loyalty, loyalty rima con Royalty, le da una dimensión de
dignidad y superioridad que en español no tiene, en español lealtad
rima con fealdad,y la Sra. Singer no tenía nada feo en todo su ser.
A pesar de ser menuda, tenía una gran fuerza alentada por su pasión
por lo honesto, persona de pocas gentes, de pocos dimes y diretes, de
pocas costumbres: había probado la vida doméstica, pero no podía
con ella; a llevar un negocio, y cuando logró hacerlo exitoso lo
dejó; intentó incluso tener amigas pero sus cotilleos pudieron con
su tolerancia... Melena al viento, largas espigas agitadas por la
brisa marina, se la podía ver en las rocas tomando el sol y mirando
contemplativa a la luz. La cámara en una pequeña bolsa a su lado.
Y se entregó
a la apasionada suerte de encontrar en el amplio mundo de la
fotografía su hilo. Algo especial, con un toque artesanal, único,
que hiciera de cada foto algo luminoso, casi étereo, como la luz
mediterránea, pero fuerte y verdadero, a su vez. Azul intenso,
índigo, internet es un instrumento maravilloso si lo utilizas con
inteligencia... copias azules... cianotipo... el cianotipo es una
técnica de revelado con luz solar, ultravioleta... pura coherencia.
Más allá del violeta, del azul... Muchos factores para conseguir el
turquesa calibrando el papel y la luz.
La Sra.
Singer, con la cámara en las manos empezó a hacer fotos, pero las
fotos eran un milagro, la consecusión enebrada de una cadena
azarosa, si un eclipse es cuando la luz de un cuerpo celeste es
bloqueada, quedando oculta momentáneamente, sus fotos era frutos de
esa misma conjunción cósmica. Las nubes fortuitas, el viento en las
ramas, la barba de la palmera, la lagartija quieta, en cuanto al
tema; el tiempo de exposición solar, la mezcla alquímica, la
calidad del papel; pero no sólo en el revelado... Tenía que darse
el caso de recordar llevar la cámara, o llevar la tarjeta, o tener
suficiente batería... hacer una foto era un eclipse. "Si no
llevabas la camara preparada te puedes perder LA foto", había
leído en internet... pero en realidad nada garantizaba que con todos
los designios del destino a tu favor se diera esa foto... No
obstante, usando el azar como motor, y los olvidos como criba,
desarrolló todo un universo sensitivo y bello, de grandes imágenes
verdaderas.
No era
fotógrafa de muchos tiros la Sra. Singer, pero sí de grandes
cielos, y profundos retratos. De esas fotos que ven más de lo que
una mirada hueca puede hilar en un instante. Fue por una de estas
fotos que la conocí... me hizo un retrato y me descubrí como no me
había visto nadie. Su honradez me mostró sin ámbages y pensé: ya
es tiempo de ser yo misma. Ya tengo la edad suficiente para volar sin
lacras... y aprender a decir sí.
¿Los seres
que persiguen sueños son reales? ¿o son seres celestes?¿son seres
que enseñan el camino azaroso y con tropiezos?¿o seres que con su
transparencia convierten el mundo en un lugar mejor?
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