"FRECUENCIAS" EN LA GALERIA BERRI EN SAN AGUSTÍN.
"Esta calle que puebla su soledad
con hojas,
que
se enreda en la luz como un racimo
de
sombras o de barro,
de
periódicos húmedos
sobre
el aceite añil de las baldosas,
y
carmín olvidado en las paredes".
García
Montero. Diario Cómplice
La exposición “Frecuencias” de
Ángel Zabala en la Galería Berri de San Agustín permanecerá abierta hasta el 31
de julio de 2013.
“Frecuencias” como título hace
referencia al acto de pintor, Zabala configura sus cuadros a través de gestos
decididos y armónicos, repetidos y certeros, logrando esa vibrante visión de la
ciudad y sus habitantes que atrapa al espectador. La imagen brilla, capta el
movimiento y el tiempo. La frecuencia paralizada.
Espectador que inconscientemente
sigue el ritmo de la frecuencia, en el visionado de la obra, es como si
tarareáramos los cuadros al seguir inconscientemente con la cabeza su ritmo.
Los espacios frecuentados de la ciudad, las vistas de Dalt Vila, el crepúsculo,
el mar, traducidos por su pincelada logran acercarnos la música de las olas, el
latido urbano o la inmensidad del color.
Ese color que abre brecha poco a
poco en su obra. Zabala en su investigación pictórica ha pasado de escuetas
presencias a rotundidad. De timidez a exuberancia. Un camino abierto que prefigura
logros futuros.
Hay además una visión de la
ciudad que nos plantea el valor de los espacios, la realidad de los lugares, el
peso especifico de la ciudad como lugar dónde vivimos y dónde somos. En la
ciudad está la dimensión de lo físico, lo que se toca, la arquitectura conocida
pero en ese mismo espacio, donde pasamos nuestra vida existe la dimensión de lo
emocional, de lo intuido, del recuerdo, de lo intangible, los rincones oscuros
que nos asustan, el lugar del primer beso, el valor subjetivo que nos puede
provocar una sonrisa o contener alguna lágrima. Esa es nuestra ciudad profunda,
interna… en esas superposiciones de ciudad, en las que dos planos cohabitan, se
presenta en bicromo, la negra hace referencia a la contundencia y la gris a la
etérea, la que a veces no nos atrevemos a confensar.
Comentarios
Publicar un comentario